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¡A Legoland con los más pequeños!

Malasia Viajes | Legoland

¡Cómo nos lo pasamos en Legoland! Fui con mi familia un par de días desde Kuala Lumpur, con mi mujer, mi hijo de 10 años y mi hija de 8. Nos recogieron puntuales en nuetro hotel por la mañana y tres horas y pico más tarde estábamos en Legoland. El viaje, aunque un poco largo, no se hace pesado. Las carreteras en Malasia están bastante bien.

Al principio dudábamos sobre si ir o no, porque a mi mujer no le gustan mucho las atracciones y no  estábamos seguros de querer gastar un día allí con todo lo que tiene para ver Malasia, pero los expertos de Vive Malasia nos comentaron que es una experiencia que los niños no olvidan nunca y que los adultos se lo pasan casi tan bien como ellos. ¡Y tenían razón!

Legoland

Por supuesto tampoco falta el clásico, el Miniland, dónde hay miniaturas de edificios famosos hechas de elementos Lego. En el Miniland de Malasia podé...Leer más

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Lo que más nos llamó la atención nada más entrar es que todo está cuidado hasta el más mínimo detalle y con un realismo increíble. El Miniland nos impresionó mucho. Es muy gracioso ver un bus turístico repleto de viajeros circulando por el puerto de Singapur o un camión de reparto de comida recorriendo la ciudad. Los principales monumentos de Asia lucían muy bonitos con piezas de Lego. Allí estaban las Torres Petronas, el Taj Mahal, la Ciudad Prohibida de Pekín y algunos templos de Tailandia, Camboya y Vietnam.

Mis hijos pudieron correr libremente por la zona de las atracciones, montaron en lo que quisieron y jugamos con ellos a hacer figuras de Lego, como hacía mi padre conmigo y como me gusta hacer a mi con mis hijos. A mi mujer y a mí nos encantó porque todo está pensado para que los padres hagan actividades con ellos y se diviertan juntos. ¡Hay incluso una mini ciudad para niños de menos de 5 años!

Aparte de subir con ellos a las montañas rusas o dar un tranquilo paseo en barca, tiene una atracción muy divertida llamada Academia de Rescate, donde padres e hijos se meten en el papel de policías y ladrones y se persiguen unos a otros en medio de una ciudad en llamas. Los niños se escondían en los lugares más insospechados para no ser capturados y no paramos de reír en todo el tiempo que estuvimos dentro.

Hay otra academia en el parque que también es muy interesante. Nos metimos los cuatro en un taller para hacer construcciones de Lego robotizadas. Los niños fueron muy creativos y aprendieron mucho de tecnología,  a la vez que se lo pasaron genial haciendo carreras con coches de juguete que ellos mismos habían creado. A la salida nos hicimos una foto con una enorme cabeza de Albert Einstein hecha de Lego que hay en la puerta. Hay más talleres para jugar con Lego y desarrollar la imaginación. Por la tarde dejamos a los niños allí un rato mientras mi mujer y yo nos relajamos dando un paseo, tomando algo y disfrutando de las instalaciones del parque.

En el otro extremo está el parque acuático, que está muy bien para combatir el calor malasio. Aunque muchas de las atracciones del parque temático ya incluyen un buen baño, como la Isla de Dino, en la que desciendes a toda velocidad desde la cima de un volcán para acabar en una laguna rodeada de dinosaurios. A mi hijo y a mi nos encantan los dinosaurios y alucinamos con lo bien hechas que están las figuras.

El hotel que nos buscaron desde Vive Malasia estaba genial. Está fuera del parque, lo cual al final del día se agradece después de tanto juguete. Es un hotel grande y muy limpio, con tres piscinas y un montón de cosas para hacer: ping-pong, golf, spa… Al día siguiente continuamos nuestro circuito rumbo a Singapur, con la pena de tener que despedirnos de Malasia.

En definitiva, pasamos unos días muy divertidos en familia: jugamos, gritamos, aprendimos y nos reímos juntos. Si alguien va a Malasia con niños y quiere buscar alguna actividad para hacer con ellos, que no duden que Legoland es la mejor opción.

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