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Economía de Malasia

Viajes a Malasia | Economía

La evolución económica de Malasia es una de las más admiradas por economistas de todo el mundo. Malasia pasó de ser un simple productor de materias primas a una de las potencias emergentes del Sureste asiático, y hoy en día ya se le considera la tercera economía más fuerte de esta parte del mundo.

El despegue llegó en 1970 con las nuevas políticas económicas impulsadas por el gobierno de Abdullah Ahmad Badawi con el objetivo de reducir la dependencia exterior en las exportaciones y atraer las inversiones extranjeras en alta tecnología, tecnología médica y producción de fármacos. No en vano, Malasia se ha convertido en uno de los primeros productores de componentes electrónicos del mundo.

La producción de petróleo y gas también es fundamental y de hecho su edificio más emblemático, las Torres Petronas, es la sede de la empresa nacional energética. Un tercio de los ingresos del Estado proviene de las fuentes energéticas de Malasia.

Otro logro del crecimiento económico malasio ha sido la diversificación de sus sectores productivos, pasando de ser un país eminentemente industrial a conseguir que el sector servicios y el sector secundario acaparen el 90% del Producto Interior Bruto (PIB). El turismo disfruta de un auge importante en la última década.

La agricultura malasia vivió su época dorada bajo el dominio británico en el siglo XVII, cuyas autoridades ordenaron plantar una gran cantidad de árboles de caucho y aceite de palma. Estos cultivos, junto al estaño, continúan siendo la base de la producción agraria del país.

En 2016, el Producto Interior Bruto (PIB) de Malasia fue de 310 billones de USD (España: 1.393 billones de USD) con un índice de crecimiento de 4,3%. La tasa de paro se reduce año tras año y ahora mismo se sitúa en el 3,5%.
La población china de Malasia es la que más riqueza reúne, mientras que la india es la que menos. Desde los años 70, los gobiernos se empeñan en tomar medidas para que los Malayos nativos se beneficien en mayor medida de la prosperidad del país.

Más allá de los datos y cifras, los españoles que hemos vivido tantos años de crisis, cuando viajamos a Malasia es como sentir una brisa fresca al encontrarse con el optimismo y dinamismo que se respira en Malasia, sobre todo en su capital Kuala Lumpur. 

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